San Manuel hablaba de Sagrario – Calvario: igual que la Virgen y San Juan acompañaban a Jesús al pie de la cruz, San Manuel animaba a cada persona a la adoración y compañía del Señor en el sagrario.
El crucificado es un Cristo vivo, que todavía no ha recibido la lanzada. Mira a aquel que se acerca bajo la cruz para rezarle.